Russell. La conquista de la Felicidad. Resumen.
Id: 281
Categoría: Naturaleza y antiproyección
Date: 2008-03-14 05:18:00
Un trabajo para Cristina.
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Cap.1. ¿QUÉ HACE DESGRACIADA A LA GENTE?
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En este capítulo, el autor determina las que a su juicio son tres de las principales causas de infelicidad: el complejo de culpa, el narcisismo y la megalomanía.
Habiendo padecido una de ellas en su juventud, empezó a curarse de este mal al cambiar su atención de sí mismo al exterior, incluyendo personas, política y sociedad, ya que a su juicio, estar absorbido por uno mismo, en sus manifestaciones más radicales, hace a la gente desgraciada.
El pecador sufre por no poder cumplir un código ético ridículo, y la culpa que lo atormenta, escondida en el subconsciente, solo aflora cuando está borracho o dormido. Esto lo hace despreciarse a sí mismo y al mundo, mientras disfruta de los placeres que él mismo condena. Esto lo convierte en un degenerado.
El narcisista, que a sí mismo se admira, es el caso contrario al pecador, sin suponer que no puedan darse ambos casos a la vez. No tiene nada de malo, en sus justos términos, al igual que con el caso anterior; pero el narcisista no tiene verdadero interés por nadie y sus esfuerzos no se encaminan a lograr fines sociales, políticos, artísticos o humanísticos si no aumentan su ego, lo que en muchos casos, sin la pasión, el corazón y la habilidad necesarios, los lleva al fracaso y al ridículo, y se hunden en la indiferencia y el hastío.
El megalómano prefiere ser poderoso a ser admirado, a diferencia del narcisista. El mundo es solo la materia prima para ello, y la enfermedad aumenta con el tiempo, hasta topar con muros insalvables, como la dominación total en cualquier faceta. Es propio de lunáticos y una pléyade de grandes hombres de la historia.
Aunque en su justa medida es una más entre las condiciones humanas, se vuelve deplorable cuando es excesiva o va unida a un sentido insuficiente de la realidad.
A estos tres casos, como consecuencia del fracaso sicológico y personal, se une el de la embriaguez para olvidar.
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Cap.2. INFELICIDAD BYRONIANA.
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El leitmotiv de la obra es que el hombre sabio busca la felicidad. Enorgullecerse de la infelicidad personal, por una supuesta excelencia intelectual, es vanidad. La razón no es por sí misma un obstáculo a la felicidad.
Analiza a tres autores. Un tal Joseph Wood Krutch, en su obra The Modern Temper, el Eclesiastés, y Lord Byron.
Los tres, después de probar los placeres de la vida, y viendo que en nada se diferencian del necio, o desprecian la sabiduría por vanidad y se convierten también en necios, o conservan la sabiduría que les acusa, si es que a pesar de todo no les abandona, y viven infelices en un sentimiento de culpa y desprecio por el mundo.
Diciendo que los placeres les igualan a los necios, que la sabiduría incluida la ciencia es vanidad, y que eso se soluciona con una actitud de superior infelicidad y desprecio por el mundo, incluidos los semejantes, se prepara uno para ser un excelente pecador e ignorante, tocado por los dioses. Y es ese exactamente el sentimiento que tienen todos los depredadores de la tierra, bien enseñados por los religiosos de todas las culturas. Como dice el autor "...fomentado por escritores y clérigos que no quieren que se piense que sus especialidades carecen de valor" (Bertrand Russell, La Conquista de la Felicidad, 2005, 37). Para estas gentes, la combatividad es la única actitud posible ante el mundo en general, y no porque el mundo sea malo o cruel, sino porque se defiende de ellos (p. 40).
El pecado es incompatible con la sabiduría. Sabios decentes, llamados paganos, honestamente alejados de los placeres del mundo como Aristóteles, Platón o Sócrates, son incapaces de avergonzar a los que dicen tener la amistad de Dios, diciéndose sabios pecadores. Nadie más pagano que estos últimos.
Bertrand Russell defiende que el pesimismo de la época de la que trata la obra se debe más a causas físicas, como el hambre y la guerra, derivadas de la acción de estas malas almas, que de causas metafísicas como el pecado del mundo y la condenación del Hombre (p. 38). Con ello defiende a la persona buena y honesta, con fe en el hombre, más que con la fe de de los creyentes en un Dios que anda todo el día llamando gusanos a unos y a otros, por acciones que están en los límites, como son el nacimiento, la muerte y el sexo, delegadas a la libertad de los buenos corazones; a una ética racional (p. 41).
La solución está en arrancar las supersticiones (las creencias en los nexos causales) derivadas de la ética ridícula del cap. 1.
Acaba el autor determinando por lo que a su parecer, debe ser valorado el amor.
1.- Por causas físicas, y no metafísicas (para pasarlo bien y no para redimir pecados). Los pecados están en un mundo, y el amor en otro distinto. El amor físico es propio de la sabiduría y es incompatible con el pecado, como decía Bacon.
2.- Porque acentúa los sentidos y el sentido artístico.
3.- Porque rompe la dura concha del ego, si es capaz de inducir la colaboración para cumplir sus fines.
Por último hace una reflexión sobre las manifestaciones del sentimiento trágico como emoción reservada para el mejor uso del amor. Al respecto afirma que deberá asimismo ser liberada de la carcel en que la ética ridícula la encierra, para que sea capaz de responder a nuevos estímulos. Igual de capaz ha de ser el corazón de emocionarse por las tragedias de shakespeare, que por "hay una cosa que te quiero decir".
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CAP. 3. COMPETENCIA (competitividad).
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La idea desarrollada en el capítulo es que la competitividad impide la felicidad, contaminando los espacios mentales y morales reservados a la misma.
Los imperativos morales causantes del problema son:
- El valor moral principal es el éxito.
- Se cuantifica en dinero.
Los recursos usados para levarlo a cabo son:
- El cultivo excesivo de la voluntad en detrimento de los sentidos y el intelecto (ejemplo de victorianos y católicos).
- Omisión del amor debido. (ejemplo del ejecutivo estresado).
Las castas sociales causantes son:
- Los comerciantes.
El alcance de la enfermedad:
- Las sociedades capitalistas (la cultura del hombre blanco).
Las consecuencias personales son:
- La ansiedad por lograr el éxito (ejecutivo estresado).
- Desprecio del placer intelectual (el arte de la conversación en el s. XVIII; los alumnos del campus).
- Desprecio de los placeres tranquilos (el ejecutivo estresado).
- Delegación de la visión ética y estética (delegan o subcontratan el criterio personal: el galerista).
- Aburrimiento (ejecutivo estresado).
- Inopia (no leen: las amas de casa americanas de su tiempo).
- Esterilidad por fatiga (propensión a tener pocos hijos).
Las consecuencias sociales son:
- El ocio y el trabajo han sido contaminados por la competitividad.
- La cultura queda confinada en unos pocos individuos aislados.
Solución del autor:
- Reconocer la importancia del disfrute sano y tranquilo, en un ideal de vida equilibrado.
Solución mía:
- Que eche a los comerciantes del templo, incluidos los que de ellos sean sacerdotes.
- Que cumpla su promesa de no dejar piedra sobre piedra.
Posdata.
El autor espera que se extingan como los dinosaurios (que Dios lo oiga).
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Cap.4. ABURRIMIENTO Y EXCITACIÓN.
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El argumento de fondo del capítulo es que es necesario aprender el control de las dosis de aburrimiento necesarias para el desarrollo de la auténtica alegría, que emana del conocimiento del alma y los tiempos de los procesos naturales.
Para ello es necesario el contacto con la naturaleza, de la que estamos formados, y que tanto el tedio de la vida rural, dominada por el aislamiento, la ignorancia y el clero, como la urbana por su alejamiento de la misma impiden.
Según el autor, el axioma es que lo contrario al aburrimiento no es el pacer, sino la excitación.
En la búsqueda enloquecida de esa excitación han estado muchas de las guerras, persecuciones, linchamientos y quemas de brujas de nuestra historia.
Según que la búsqueda de excitación sea ordenada o no se definen dos clases de aburrimiento:
- El aburrimiento fructífero es el necesario para el proceso natural del que se trate: el crecimiento de una planta, la poesía Shakesperiana, los logros conseguidos con esfuerzo y disciplina y muchos de los días anodinos de los grandes hombres). Es la capacidad para controlar la ausencia de excitación.
- El aburrimiento ridículo es incapaz de ese control: salir del aburrimiento con poca excitación provoca ansias morbosas, y mucha provoca agotamiento.
Para educar en este control del grado de aburrimiento, hay que dosificar la excitación pasiva (cine, teatro, play station, golosinas, sexo), ya que hay que extraer los placeres con esfuerzo e inventiva del entorno, a ser posible en contacto con al naturaleza. Esto vale para grandes y mayores.
El autor aplica esta diferencia entre aburrimiento fructífero y ridículo al hecho amoroso: el sexo sin amor es excitación pasiva, alejado de los tiempos de la naturaleza, y provoca síndrome de abstinencia.
El corolario es que una vida feliz tiene que ser en gran medida una vida tranquila, solo donde puede vivir la auténtica alegría.
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Cap.5. FATIGA.
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TIPOS
- Fatiga física.
- Fatiga nerviosa, o cansancio emocional, predominante en comunidades avanzadas.
CAUSAS
- La competitividad y el miedo al fracaso y al despido en el ámbito empresarial y laboral.
- Mala gestión de las preocupaciones y la ansiedad.
- Moral opresora, que impide con prejuicios la solución natural de legítimas necesidades personales y sociales (puritanos, victorianos, católicos, etc.).
- Todo tipo de industrialismo (gestión opresora de la producción).
DIFICULTADES PARA ESCAPAR DE LA FATIGA:
- Ruidos.
- Roce permanente con extraños, lo que exaspera nuestra tendencia natural a la desconfianza ante su presencia.
- El estrés horario.
- Prejuicios y estados de cosas establecidas por las costumbres (caso de los prejuicios sobre el matrimonio en la sociedad inglesa coetánea al autor).
- Afán de excitación.
CONSECUENCIAS
- La fatiga llega a ser una tortura, con consecuencias físicas y mentales, y hasta la muerte.
- Estrés.
- Ansiedad.
- Insomnio.
- Ofuscamiento de los sentidos. Recepción velada o turbia de la realidad.
- Prevalecencia de prejuicios morales.
SOLUCIONES:
- Disminuir las preocupaciones aprendiendo a afrontar el miedo.
- Pensar intensamente en los detalles de la preocupación o la ansiedad, hasta que pierdan su fascinación.
- Valentía moral para denunciar el prejuicio que otorga valor solo a la valentia física, y para luchar contra la moral opresora, y una vez hecho esto:
- Descansar.
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Cap.6. ENVIDIA.
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DEFINICIONES.
- Es el afán de posesión de los bienes y lapreeminencia ajenos, en detrimento de la justicia de las cosas.
- La envidia es unvicio moral e intelectual, que consiste en ver las cosas siempre en relacióncon otras. Siempre la primavera es más bella y los pájaros cantan mejor en otrolado.
ESPACIO DE POSIBILIDAD
-El corazón delhombre es más propenso al odio que a la amistad, y reservará más espacio a laenvidia que a la admiración o al respeto.
CAUSAS & DETONANTES
- Las carenciassufridas en la infancia.
- la fatiga, quetambién es causa de envidia, si nos resulta nuestro trabajo más fatigoso encomparación con otros.
- El desconocimientode los fundamentos de la justicia distributiva.
- Los medios decomunicación modernos, que han ampliado el campo de acción de la envidia, hastalos estilos de vida y culturas más remotos. En sus casos más extremos, se acabaenvidiando a los dioses.
CONSECUENCIAS
- Raquitismodemocrático.
- Impermeabilidad dejusticia social entre clases.
La envidia no discrimina entre las posesiones orientadas albien común o al personal, enturbiando sus funciones democráticas de justiciasocial.
En una democracia mal entendida, el rey de los pavos reales,condenaría a muerte a los pavos más bellos, como los derechos de la mujer y losmás débiles; la igualdad de oportunidades salvando los privilegios orientadosal bien común que no sean del tipo de las preferentes o los intereses bancarioso la usura; las ayudas sociales o la educación y la salud gratuitas yuniversales.
La envidia está estrechamente relacionada con lacompetitividad, ya que no aflora entre clases sociales muy alejadas. Este tipode pirámides sociales son muy beneficiosas para los privilegios de las clasessuperiores, ya que las injusticias que fundamentan las diferencias no sedebaten, sino que se aceptan, como establecidas por Dios. En este sentido laenvidia tiene un efecto beneficioso para una sociedad más justa; aunque por sunaturaleza solo provoca justicia de mínimos, al provocar el cese de privilegiosde unos, sin por ello aumentar el de los demás.
BENEFICIARIOS
Los hacedores de la pirámide social impermeable.
- Aristocracia, clases altas y castas políticas y administrativas.
- Clero.
SOLUCIÓNES EN OPINIÓN DEL AUTOR
- La admiración es un antídoto contra la envidia.
- No tener pensamientos inútiles.
- Obtener la conciencia de que no hay nada más envidiable que la propia felicidad.
- Disfrutar de los placeres que salen a nuestro paso.
- Realizar el trabajo que tenemos que hacer.
- Evitar las comparaciones.
- Educar en la conciencia de autosuficiencia y excelencia personal.
- Reducir la fatiga.
- Trascenderse a uno mismo.
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Cap.7. EL SENTIMIENTO DE PECADO.
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Descripción.
Es una de las peores consecuencias de la adulteración de laconciencia en la infancia, por parte de la moral ridícula. Esta moral debe sercondenada como impropia de hombres normales. Al orientarse a la condenacióndesmedida de las acciones que producen placer, obstaculiza el la categorizaciónracional de las acciones, induciendo un puritarismo y una ascética nerviosos.
La conciencia individual pertenece al universo e lascostumbres tribales. La alteración de la misma, es capaz de dibujar estructurassociales.
La ética racional reconoce que no hay buenas o malasacciones a priori, ni son buenas por parecerlo. Elodio a la razón se manifiesta como reacción defensiva de los que viven y hanvivido de las consecuencias sociales de la moral ridícula.
El miedo a ser descubierto o a ser excluído de la comunidadson propios de la conexión entre la conciencia individual y las costumbres entodas las culturas. Este es el espacio deposibilidad de la conciencia de culpa o de pecado.
Pasada la infancia, la conciencia de pecado se hunde en elsubconsciente, aflorando en la edad adulta, para provocar una continua luchaentre la conciencia racional adulta y lasubconscienca pervertida en la infancia.
La adulteración.
- Inducir una codificación irracional de malas acciones. Dela misma manera, inducir modelos morales imposibles de reproducir en la vidacotidiana normal.
- Impeler al remordimiento inútil.
- Obligar al rrepentimiento.
Consecuencias.
- Pérdida del respeto por uno mismo.
- El sentido de la admiración hacia modelos racionales ysanos no funciona. Tampoco por tanto su función de antídoto a la envidia, delcapítulo anterior.
- Sentimiento permanente de culpa.
- Bipolaridad psíquica.
- Degenera el sentido del sexo, y la debida consideración yrespeto hacia la naturaleza del otro. Se induce por efecto rebote elcomportamiento desviado descrito en los capítulos anteriores.
- Distrae a la ética racional de los verdaderos peligrosmorales a los que se expone el adulto: ingeniería fiscal, crueldad con a esposae hijos, maltrato laboral, malevolencia conlos competidores, ferocidad política.
- Plantar la semilla de la miseria en la sociedad con la acción personal.
- El carácter se transforma endesagradable, y la persona se aísla, frente a la comunidad que le debe informarde la ética racional.
- Disarmonía entre los estratosde consciencia, subconsciencia e inconsciencia.
Soluciones.
- Hasta que el niño tenga 6 años, no hay que enseñarleninguna clase de moral sexual, ni inducirlo a pensar que el sexo es algorepugnante.
- Informar al subconsciente sobre los principios quegobiernan la conciencia racional sana adulta, evitando la alucinación de lasllamadas del subconsciente infantil, que se presenta como la palabra de Dios,salvo que sea la ética racional la que informe de una mala acción.
- No temer serirreverente con los que así informaron nestra conciencia infantil, aunquefueran nuestros seres más queridos.
- Renunciar a la moralsupersticiosa.
- Impedir que las creenciasirracionales infantiles afloren a la consciencia y dominen la voluntad.
- Tener una actitud expansiva ygenerosa hacia los demás. Proyección hacia el exterior.
- Recibir una educaciónadecuada.
Conclusiones.
- Incluso infringiendoel propio código moral racional, el sentimiento de pecado tiene algo deabyecto. Nadie gana nada perdiéndose el respeto a uno mismo.
- El sentimiento depecado hace al hombre sentirse infeliz e inferior.
- El pecadoenfrenta al hombre consigo mismo, cosa incompatible con la felicidad.
- El uso de laracionalidad no quita sabor a la vida, sino que aporta brillo y contraste a laemoción.
- Quien vence estaenfermedad consigue con su esfuerzo racional un nivel superior de conciencia.
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Cap.8. MANÍA PERSECUTORIA.
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El autor examina las formas suaves cotidianas de estamanifestación (que en sus casos más graves, conduce a la locura), con laintención de que el paciente pueda afrontar los síntomas y curarlos por sísolo.
La mayoría de las acciones humanas tiene motivos egoístas por elmero afán de supervivencia. La manía persecutoria es una desviación de estapredisposición natural; tiene sus fundamentos en el concepto exagerado denuestros propios méritos.
Proceso de la enfermedad.
- Mantener conciencia de de la propia excelencia moral,necesita un grado de abnegación muy improbable de lograr, lo que obliga a unautoengaño cada vez más sofisticado en el empeño de alcanzar la santidad, loque desencadena la manía persecutoria.
Condiciones favorables a la aparición del síntoma.
- El chismorreo malicioso.
- La vanidad no recompensada.
Máximas
- Recuerda que tus motivos no siempre son tan altruistascomo te parecen a ti. (primera máxima)
- No sobreestimes tus propios méritos. (segunda máxima)
- No esperes que los demás se interesen por ti tanto como túmismo. (tercera máxima)
- No creas que la gente siente tanto interés por ti comopara perseguirte. (cuarta máxima)
Soluciones
- Nadie debe creerse perfecto, ni preocuparse demasiado porno serlo.
- No pretendas cambiar el mundo con tus excelentes acciones.
- Reconocer que nuestros méritos no son tal grandes comohabíamos pensado.
- No debemos esperar que la gente sienta una abnegaciónirracional hacia nuestra persona (la hija que se queda soltera por cuidar a sumadre enferma).
- No extender nuestro ego más allá de los límites correctos.Si sobrepasamos nuestros límites, la gente se defiende , y nuestra vanidad lointerpreta como persecución.
Casos
- El autor teatral que nunca estrena.
- El inventor o el político que nunca son reconocidos.
- El filántropo que hace el bien en contra de la voluntad dela gente.
Conclusión
- Aplicar las soluciones es doloroso, pero pasa, y luego sepuede empezar a ser feliz.
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Cap.9. MIEDO A LA OPINIÓN PÚBLICA.
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Principios
- Pocos pueden ser felices si su vida y visión del mundo no son aprobados por su entorno.
- La felicidad individual se fundamenta en el uso de la libre y recta razón.
- Para ello es necesario la total indiferencia de la opinión pública, siempre que no se entre en conflicto grave con la moral y las costumbres sociales.
Espacio de posibilidad
- La sociedad moderna se divide en clases de distintas moral y creencias. Lo que para unos es una virtud, para otros es una estupidez.
- El entorno puede estar contaminado por principios contradictorios y hostiles a la independencia moral y mental, y a la sana y recta razón personal.
- Se suele pensar que el entorno es representativo del mundo entero, y que sus costumbres y valores son universales.
Agravantes
- Poseer algún mérito intelectual o artístico, que exacerba la vanidad ajena.
- La timidez, ya que aumenta la inquina de los demás.
- En esta época del sicoanálisis se tiende a pensar que la disarmonía con el entorno se debe a algún trastorno sicológico, y esto es un error.
Consecuencias
- Cuando las ideas absorbidas por el entendimiento personal son incompatibles con el entorno, se sufre mucha desgracia innecesaria en la juventud y durante toda la vida en muchas ocasiones.
- La independencia moral y mental de la recta y sana razón frente a un entorno contaminado por principios contradictorios y hostiles, provoca mucho gasto de energía.
- Sucumbir en esta lucha conlleva no analizar las ideas hasta sus conclusiones lógicas.
- Se tiende a ocultar los verdaderos gustos y convicciones.
- El carácter se vuelven irritable y difícil de contentar, careciendo del buen humor expansivo.
- Creer que los prejuicios del entorno son universales dificulta el libre albedrío y la toma de decisiones.
- Esta lucha acaba amargando y agotando, y es falso que el genio siempre se abra camino. Muchos quedan malogrados, y su genio y talento, tan necesarios para la comunidad, se pierden. Tampoco es un triunfo salir a flote a pesar de todo, amargado muy sin fuerzas.
- El miedo a la OP es opresivo y atrofia el desarrollo. Nos hace mediocres e impide la felicidad.
Soluciones de principio
- Cuando se pose la razón, nunca hay que dudar frente a los críticos. Pero esta actitud es heroica, y no al alcance de todos.
- La seguridad en uno mismo disminuye la inquina ajena, siempre que el conflicto con el entorno no sea muy acentuado.
- Conseguir que la hostilidad y las convicciones y prejuicios del entorno sean lo más ligeras e ineficaces posible.
- No hacer mucho caso a la opinión de otros.
- Respetar la opinión pública lo justo para no morirse de hambre o no ir a la cárcel. No hacerlo interfiere con la felicidad de mil maneras.
- Es preferible que los jóvenes elijan profesiones que les permitan encontrar compañías compatibles, aún a pesar de la pérdida de ingresos.
- Debe haber autonomía de decisión entre jóvenes y viejos, sin interferirse en asuntos vitales.
- Hay que seguir las inclinaciones personales espontáneas, siempre que no sean claramente antisociales.
Soluciones de compromiso
- Se permiten actitudes personales no convencionales si se manifiestan sin solemnidad y sin darles importancia, con la seguridad de que no irritarán la vanidad ajena, ya que se lo tomarían como una ofensa personal. Es como ser un lunático con licencia.
Conclusiones
- La fuerza y fuente de felicidad es ser totalmente in diferente frente a la opinión pública.
- Esto hará una sociedad de libres y no de iguales.
- Se fomenta la diversidad ética, que siempre ha sido un privilegio de la aristocracia, a la que se le permitía la conducta errática. Esto no significa ser intencionadamente excéntrico, que es un modo de ser convencional.
- Nuestra felicidad debe basarse en nuestros propios impulsos, y no en los gustos y deseos accidentales de nuestros vecinos y familiares, o la prensa, a la que hay que trazar límites más claros a la difamación.
- Habrá auténtica libertad de prensa en la medida en que haya más individuos que gocen de la auténtica felicidad, y no del placer de hacer daño a los demás.
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Cap.10. ¿ESTODAVÍA POSIBLE LA FELICIDAD?
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Definición
La felicidad básica depende de un interés amistoso por las personas y las cosas, sinjuzgarlos ni solicitarles admiración hacia uno mismo.
Tipos
Hay trestipos de felicidad, la culta, la natural y la fantástica. La primera para losque saben leer y escribir (v.gr. loscientíficos), la segunda para todo el mundo y la tercera para los que sonfelices con creencias falsas.
El gusto porla dedicación personal o poseer una sana afición pertenecen a la felicidadnatural, con independencia de la complejidad de los conocimientos. El placerque proporciona la ciencia pertenece a la culta, donde prima la felicidad delos científicos a la de los artistas, ya que estos tienen más fácilmente ladesaprobación de la gente; a la tercera pertenecen los que son felicespracticando creencias fantásticas, como la de que los ingleses procedensolamente de las tribus de Efraím y Manasés, o que el hombre debe alimentarseexclusivamente de frutos secos.
Condicionesiniciales
En todos loscasos, es la sana pasión por el trabajo lo que proporciona felicidad.
El gustoespontáneo por las personas es la mayor de todas las fuentes de felicidadpersonal. Pero esto debe ser espontáneo, no estar basado en el concepto desacrificio inspirado por el sentido del deber, lo que es ofensivo en lasrelaciones personales: la gente quiere gustar a los demás, no ser soportada conpaciente resignación.
La camaradería y la cooperación son elementos imprescindibles para la felicidad del hombre normal, y es más fácil de encontrar en las ciudades que en el campo.
Obstáculos
La vanidad personal. Los engreídos sufren más por sus fracasos. No hay que ser tan engreído como para sufrir por los fracasos o despreciar la felicidad natural, ni tan modesto, que impida ser emprendedor. Se es feliz si se disfruta del trabajo sin necesidad del aplauso del mundo entero.
La vanidad exterior: no se puede ser feliz luchando continuamente contra el escepticismo de los demás.
La abulia que provoca la comodidad y la conciencia de no influir en la sociedad, o influir solo mediante principios morales tóxicos nos hace más desgraciados.
Estrategias
Que tus intereses sean lo más amplios posible y que tus interacciones con las personas y las cosas que te interesan sean, en lo posible, amistosas y no hostiles.
No pedirle a la vida más de lo que esta puede darnos, ya que esto es fuente de frustración.
Los que no confían excesivamente en sus propias facultades, reciben más.
Hay que reservar al hombre los trabajos que supongan variedad e iniciativa, dejando los trabajos repetitivos a las máquinas.
Consecuencias
Cuando se es feliz, siempre se es una compañía agradable, y esto aumenta la felicidad.
Los hombres de ciencia son más felices, ya que se abstraen en el trabajo, pasando otras consideraciones a segundo plano, además de que su actividad tiene siempre la consideración de la opinión pública.
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Cap.11. EL ENTUSIASMO
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Es el rasgo más universal y distintivo de las personas felices.
Conviene interesarse en tantas cosas como sea posible para llenar nuestras vidas.
No hay grandeza en la infelicidad del introvertido, ni en la supesta excelencia del que lánguidamente desprecia el mundo. Hay que darse prisa en entusiasmarse por el mundo.
El mundo exterior es la razón de ser el interior, para que este último de sus frutos. Los sucesos se convierten en experiencias gracias al interés que ponemos en ellos.
Llegamos a saber del mundo lo que somos capaces de sentir por él, y en esto el hombre con entusiasmo por el mundo tiene un grado superior de conocimiento y sabiduría.
En ocasiones el entusiasmo no se reduce ni siquiera por la enfermedad.
El entusiasmo puede ser amplio o especializado; es mejor al entusiasmo general ya que el especializado puede llegar a convertirse en algo similar a la glotonería atentando contra nuestra salud física y mental, pero en cualquier caso la vida deja de ser tediosa. La moderacón debe ser parte del entusiasmo.
El verdadero entusiasmo no debe ser nunca una fuga o una huída; debe ser espontáneo.
Las restricciones a la libertad coartan el entusiasmo al coartar la espontaneidad y el impulso directo, alimentándose para ser efectivas de abstracciones, creencias y voliciones, como por ejemplo las repetitivas jornadas laborales.
Es propio del entusiasmo el impulso directo, que no busca a priori recompensa futura por esa actividad. Las relaciones personales interesadas carecen de este impulso y tienen un interés indirecto de beneficio futuro por esa relación; son contrarias al entusiasmo por la vida.
Las continuas restricciones que la ideología represiva implantada en las costumbres impone, en visiones puritanas, conservadoras y machistas, ahogan el entusiasmo.
No hay diferencia entre el entusiasmo de un hombre y el de una mujer. Para ambos es el secreto e la felicidad y el bienestar.
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Cap.12. CARIÑO
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Cariño recibido
Sentirse amado fomenta el entusiasmo, y al revés.
Solicitar este amor a los demás es parecido a solicitar dinero al banco. Suele darse sin problemas al que puede demostrar que no lo necesita. Solicitar amor a base de amabilidades excesivas no suele dar resultado, y provoca frustración al comprobar la ingratitud humana.
La falta de amor provoca inseguridad, introversión y actitudes reflejas de odio e inquina hacia la sociedad. La mayoría se vuelve rutinaria por miedo al frío mundo exterior de la falta de afecto.
La confianza en uno mismo es fuente del entusiasmo, y es directamente proporcional al cariño recibido, que debe estar formado por el afecto y la admiración.
El afecto debe infundir confianza y no miedo, ya que si no no anima a la aventura, y castra el entusiasmo. El cariño debe ser lo menos posesivo posible, sin desproteger.
La inseguridad personal por falta de cariño hace que las personas no desarrollen la confianza necesaria para la procreación. No infunden seguridad para ello; no inspiran amor.
Cariño dado
Del cariño que se da hay dos tipos. Uno es la manifestación más importante de entusiasmo por la vida; el otro de miedo.
El cariño que se a desde la seguridad personal, no busca recibir nada aparte del placer de darlo, el que se da para cubrir una inseguridad personal es de menor calidad, ya que se valora a la persona amada por los servicios prestados (mitigar alguna inseguridad personal).
Casi todo el afecto real combina algo de los dos tipos de cariño.
El mejor tipo de afecto es el que tiene efectos vitalizadores ara el que lo da y el que lo recibe.
Existe también el afecto vampirizador: toma mucho de otros, y no devuelve casi nada, lo suficiente para seguir recibiendo y crecer mientras los que lo rodean se van apagando.
La ambición que no incluye algún tipo de afecto en sus planes esconde algún tipo de resentimiento u odio a la raza humana. Un ego demasiado fuerte es una prisión para disfrutar plenamente del mundo. La capacidad de sentir auténtico cariño es una señal de que se ha escapado de esa prisión. El cariño recibido debe liberar el que se da. Los obstáculos sicológicos y sociales a este proceso son un grave mal para el mundo.
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Cap.13. LA FAMILIA
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El fracaso en cuanto a la satisfacción fundamental que la familia debe proporcionar es causa del descontento predominante en la época del autor.
La decadencia del servico doméstico y el aceso de la mujer al mundo del trabajo han hecho de la maternidad una carga pesada para las mujeres de la época del autor, pero les ha proporcionado libertad ante el acoso de los prejuicios morales hacia la mujer.se hace difícil ara la mujer tener las dos cosas, sin la colaboración de las costumbres y las leyes. Caer en una trampa así le puede llevar a perder todo su encanto y tres cuartas artes de su inteligencia, convirtiéndose por este mero hecho en un fastidio para sus maridos y en una molestia para sus hijos. Esto favorece inmediatamente al los que difunden y defiendes este estado de cosas.
A estos problemas se une el de las dificultades para encontrar una vivienda. El alejamiento de las ciudades de la naturaleza hace miserable la vida para las clases menos adineradas. Alejarse del trabajo en busca de entornos más naturales es mejor para los niños, pero desaraiga y agota al padre.
La educación heredada hacía a las mujeres esclavas de una mentalidad castrante: se casaban para huir de la nada social de las solteras, a las que enseñaban a abominar del sexo y eran condenadas familiar y socialmente si lo usaban.
La llegada de la democracia hace que los padres no se sientan tan seguros de sus propios derechos frente los de sus hijos, como pasaba en la edad media de los señores frente a los esclavos.
La paternidad que antes era un triunfal ejercicio de poder, se ha vuelto ansiosa, timorata y llena de dudas de conciencia; sumado esto a que las madres a las que no preocupan demasiado las consecuencias sicológicas de sus actos, pide a sus hijos recompensa por las renuncias que ha hecho para dedicarse a ellos.
Los países más acomodades y civilizados se vuelven más estériles, por todo lo anterior. Los paises pobres, menos. Como consecuencia se corre el peligro de desaparecer por la fecundidad de los más pobres.
Los moralistas intentar reducir este temor induciendo con exhortaciones y sentimentalismos a una moral familiar imposible en un entorno capitalista como el occidental, y intentan convencer de las delicias de una familia numerosa llena de hijos enfermos y pobres. El Estado pone de su parte en esto porque necesita carne de cañón.
Ningún padre en su sano juicio aceptará estas condiciones, así que las sociedades occidentales deben darse prisa en procurarse padres felices.
La paternidad proporciona la mayor y más duradera felicidad que se puede encontrar en la vida. Aleja la desgracia de ser un individuo aislado cuya vida terminará pronto, y nos bautiza en el río de la vida, sin la obligación de ser un gran hombre para ello.
El amor a los hijos es una clase especial de cariño que no se tiene a otros, heredada de nuestra naturaleza animal. Este sentimiento único y especial es el que instituye a la familia como tal.
Los padres siempre están ahí en momentos de debilidad o fracaso, a no ser que el instinto de paternidad esté atrofiado.
En las relaciones humanas es fácil garantizar la felicidad de una parte, pero es mucho más difícil garantizar la felicidad de las dos partes: el carcelero al preso; el jefe al empleado; el dictador al súbdito; el padre severo al hijo. las buenas relaciones sociales y familiares deben satisfacer a las dos partes.
Delicadeza, ternura, respeto por el otro son la base de esa correspondencia.
El poder absoluto del padre debe ser relegado en favor de la autonomía del hijo, por más diferente a las expectativas de los padres que éste resulte; en caso contrario, se genera conflicto e infelicidad.
Los padres deben tener confianza en si mismos y ser puros de corazón para no dañar la libertad de los hijos, manteniendo el afán de cuidado y protección; sin ser posesivos, para no suscitar la rebelión del hijo. esto es también necesario para el matrimonio.
Hay que delegar la educación que se quiere para los hijos en los expertos, y no pensar que uno puede enseñar de todo a sus hijos.