Los tres ejes |
Estas de arriba son las tres proyecciones principales, que establecen toda una dinámica metafísica: si falta una o falta otra; si se abate o se proyecta... Se supone que antiproyectar es quitar el eje de devenimiento, o más bien proyectar todo sobre el plano DC. Lo que se llama giro correspondería a la deformación que es necesario hacer en las cosmologías para poder proyectar la Otredad sobre el plano del ser. Es una deformación obligada (cambiar de sitio en las viñetas las potencias del alma, ya que están obligadas a un solo sitio por el imperativo categórico de santidad. Algo así como que el ontomotor solo funciona de una manera. Por eso dos profetas son iguales, y siempre lo serán). La encarnación de Dios se establece por los planos CD y DD. La salvación se da en el origen (0,0,0) (el Acto, que es el hecho + devenir: un plano más un eje, o sea un espacio). El plano DD habla del hecho + devenimiento, que es la acción en la parte oculta del mundo; el hecho escatológico y presente: La categoría ética o moral como categoría del ser no lo es todo; eso es lo que se contemplaría en el plano DC solamente. Una cosmología deviniente debe tener en cuenta la naturaleza profética del hecho, que es lo que deviene la libertad salvaje interior en una vuelta del ciclo del ontomotor (2ª imagen). Este plano también dice que la multiplicidad es Misterio, y que no se pueden medir distancias absolutas entre seres, salvo que se antiproyecte. Una cita pertinente puede ser esta de Hegel: «Este orden es el curso del mundo, la apariencia de una marcha permanente, que solo es una universalidad supuesta y cuyo contenido es más bien el juego inesencial del afianzamiento y disolución de los individuos singulares»... Si nos movemos un poco hacia el plano del superser (CD) podríamos contemplar la multiplicidad como Misterio. Para una cosmología individual la función o la curva en el plano DD es un segmento (una cota de dado y una variable de % de devenimiento hasta la hora de la muerte. Esto quiere decir que hay muchos que se quedarían en solo *dado*: un punto inmóvil en espacio de Dios o la Otredad, que coincidiría con el mismo plano del ser (plano DC) al ser su cota de devenimiento igual a cero y tendría que ser rescatado por el Nazareno, que pondría el devenimiento. Si ponemos a todos los nacidos en fila y sus grados de devenimiento, sale una curva. Donde esa curva corta al plano del ser, el devenir es cero. Da igual que en el desarrollo del hombre se considere a un sabio o a un australopiteco. A Dios eso le da igual (no por la dureza de los corazones de los padres dejó el Nazareno de devenir a Dios). La universalidad es una ley de la multiplicidad, es una curva normal al plano del ser: Es un valor profético si ese dato (valor que la curva de universalidad externa al plano del ser tiene cuando pasa por mi cosmología individual) se cumple en devenir en la libertad salvaje interior. Como tal universalidad no tiene ningún *espacio continuo* donde poderse manifestar en el mundo visible. La ley de la multiplicidad externa al hombre (la naturaleza) y su universalidad correspondiente es una curva en el plano DC, pero entre puntos externos al hombre (los espacios que quedan entre las bolitas de los actos individuales). Al hombre le sirven de soporte (leyes físicas, por ejemplo). Estos espacios están destinados a desaparecer por descolocación (ver la imagen de abajo). El ser desaparece con inocencia por la acción de Dios y de los devinientes. Cualquier otra desaparición del ser, es pecado y fruto del pecado (la antiproyección), porque es la desaparición del ser sin devenir (sin descolocación de la cosmología). Hace poco me encontré con un antiguo amigo y sacerdote, me dio un abrazo, que era un ademán de concitación para la depredación. Me dijo que estábamos pasando momentos extraños... Ni siquiera sabía que estaba depredando. Actualmente, hay una lucha entre depredadores antiproyectados. Es una tormenta natural. Los devinientes no deben hacer otra cosa ante esto que cumplir con la Ley profética: pobreza eficiente y multiplicidad por el ser del hombre. |